Camilo
Hoy se están celebrando 50
años de la muerte de Camilo Torres Restrepo, hijo de una acomodada familia
bogotana, sacerdote querido y sociólogo recordado en la Universidad Nacional,
cura guerrillero en la memoria de mucha gente y terrorista últimamente,
sorprende que no se le haya aplicado la frase de moda “vándalo o mamerto”. Tras
50 años es imposible intentar eludir la oleada de sentimientos que despierta
Camilo en la sociedad colombiana, un bombardeo permanente de opiniones,
aseveraciones e incluso juicios que son lanzados por sus creadores con el fin
de establecerlos como verdaderos, justos e innegables por los siglos de los
siglos, amen.
Hay que partir primero del
desconocimiento histórico, cosa habitual en Colombia, que se genera en torno a
la figura de Camilo, la ventaja de pretender dar un discurso sin tener
conocimiento del tema es que se puede decir lo que se quiera mientras el receptor
sea aún más ignorante, lo cual en Colombia no es una dificultad en lo que a
historia se refiere, si bien el contexto y la experiencia de vida de una
persona no justifica, si explica, es ingenuo tratar de analizar la figura de
Camilo desde una perspectiva actual, se incurre en un gran error rebajándolo a un simple
guerrillero belicista dedicado a la muerte y destrucción sin más sentido que
seguir ordenes de un superior por lo general en la misma situación, Camilo en
cierta manera es la encarnación de un sentimiento manifiesto en la época y que
sobrevive hasta día de hoy, impotencia, corrupción, desigualdad desbordada,
etc. Sentimientos que en la época de Camilo igual que hoy se pueden palpar en
la sociedad, el triunfo de la revolución Cubana, la muerte de Gaitán, la
dificultad de ser de izquierdas en la época, todo ello y muchos factores más
que se me escapan, en el manifiesto que hace Camilo ya como miembro raso del
ELN -no como líder o cabecilla de la organización como se ha dicho estos días-
expresa su inconformidad y decepción por la estructura política de la época y
entiende claramente que dadas las características del sistema era imposible que
el pueblo se hiciese con el poder.
Para algunos fue sin duda la
peor decisión de Camilo, para otros estuvo justificada, en mi opinión la lucha
armada ha perdido a través de los años importancia y legitimidad, la toma del
poder por medio de la violencia resulto ser un fracaso, sin embargo hoy no se
celebra al cura guerrillero, sus 40 días como guerrillero no son motivo para
deslegitimar una figura tan importante para la historia colombiana, la
demostración de que la educación es el único camino significativo, ser por
generaciones un figura a seguir no por ser el cura guerrillero si no por ser el
cura Camilo que logro reunir a grandes sectores del país en torno a un solo
objetivo, la justicia social, la profunda sensibilidad social y la valentía de
morir por sus ideas, es esto lo que se celebra hoy, es a ese Camilo al que la
Universidad Nacional ha decidido celebrar, no es una apología al terror, no es
hacer eco a la violencia, no es celebrar al ELN es darle a una figura su sitio
en la historia.